Salus Populi Romani

04.05.2021

Salus Populi Romani (en español: Protectora del Pueblo Romano), es el nombre que se le da al icono bizantino de la Virgen y el Niño, que la tradición atribuye a los primeros cristianos. Se encuentra en la Basílica de Santa María la Mayor en Roma. Está pintado sobre un panel de madera de cedro. María lleva un manto azul oscuro con adornos de oro sobre una túnica púrpura. Las letras en griego situadas en la parte superior identifican a María como "Madre de Dios" (ΜΡ ΘΥ), como es habitual en el arte bizantino.


Según la tradición la Salus Populi Romani fue pintada por San Lucas en un trozo de madera de la mesa que se utilizó en la Última cena de Jesús con sus apóstoles o bien, en una mesa construida por el propio Redentor que la Virgen María guardó tras su crucifixión. Esta misma tradición dice que es una copia de una imagen aparecida de forma milagrosa en Lydda, en una iglesia construida por los apóstoles Pedro y Juan. Se nos dice que la pintura permaneció en Jerusalén y sus alrededores hasta que fue descubierta por Santa Elena en el siglo IV. Junto con otras reliquias sagradas, como la cruz en la que murió Cristo, la pintura fue trasladada a Constantinopla, donde su hijo, el emperador Constantino el Grande, erigió una iglesia para su entronización. Más tarde, el icono sería trasladado por la propia Santa Elena a Roma, aunque según otra versión el ícono llegó a Roma por mar, siendo acogido por el papa San Gregorio Magno en el año 590 d.C. a orillas del Tíber, siendo el ícono procedente de Creta. Según esta versión, la imagen llegó a Roma en un bote de flores.


Fue colocado en la Basílica de Santa María la Mayor considerada como el "primer santuario dedicado a la Virgen María en Occidente". El cardenal Cesare Baronio, historiador de la Iglesia, escribió que fue el Papa Gregorio quien llevó el ícono a la Basílica de Santa María la Mayor, en el año 590, al final de una procesión para invocar el cese de una de las pestes más graves de la urbe. Durante siglos se colocó por encima de la puerta del baptisterio de la basílica, según un documento de 1240 aparece mencionada como Regina Caeli ("Reina del Cielo"). Más tarde se trasladó a la nave de la basílica, y desde el siglo XIII se conservó en un tabernáculo de mármol. Desde 1613, se situó en el altar-tabernáculo de la Capilla Borghese o Capilla Paulina de la basílica (construida específicamente para guardar el icono). La Basílica de Santa María la Mayor, es considerada la tercera de las basílicas patriarcales romanas. La basílica y su santuario mariano están bajo el patrocinio especial de los papas.

Desde al menos el siglo XV, el icono fue honrado como una imagen milagrosa. Los jesuitas acompañaron sus primeras misiones con reproducciones de este ícono, muy venerado por ellos.

La Encomienda Italiana de la Orden de Santa María está puesta bajo el amparo y auxilio de la Madre de Dios bajo esta advocación.


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